viernes, 5 de noviembre de 2010

EL DISCO DEL HORROR (Y III).

Bueno, he aquí la horripilante, en más de un sentido, conclusión de estre extraño experimento.

......... y ahora, dulces sueños .....HAW HAW HAW!   (yo que sé, me emociono y me meto en el papel, tsk...)






7 comentarios:

Anónimo dijo...

¡El terrorífico final de esta historia me ha sumido en un infierno de horror y desesperación en el que una turba de demonios grotescos me atormentan bailando frenéticamente a mi alrededor y haciéndome muecas burlonas! Jamás volveré a ser el mismo... aquer mushasho de los años 80, ja, ja, ja.

Eduardo dijo...

El desasosiego y la inquietud perla mi frente de abundante transpiración.
El inenarrable pavor que sentía mientras dibujaba con mano trémula estas infames lineas hacía que frecuentemente me diese la vuelta sintiendo alguna DEMONIACA PRESENCIA a mi espalda, cuando repentinamente me percaté de la presencia en las tinieblas de mi aposento a una gamba gigante con cabeza de pulpo y rabo de mono ¡GFLKÑRESJAKK'PQUORRK viene a por mí desde simas insondables!

JP dijo...

La tinta se usa, no se esnifa que después da pesadillas.
¡Ah! y me gusto mucho el cuento, pero no me da miedo por que pase un fin de semana oyendo yodel(o como se escriba) con Ángel, estoy inmunizado.
JUAS,JUAS,JUAS,JUAS,JUAS,

Eduardo dijo...

Si has sobrevivido a una noche de Yodel mereces ser general de la legión por lo menos. Yo lo intenté, pero al cuarto alarido satánico salté por la ventana.

Anónimo dijo...

No os burléis del yodel, jovenzuelos desaprensivooos, o el espíritu de Jimmie Rodgers os atormentara con sus diabólicos gorgoritos...Mira tú, este podría ser un buen argumento para otra inquietante historieta.

Eduardo dijo...

Antes muerto que reirme del yodel. Planteate lo de esa historia, la verdad es que promete.

Anónimo dijo...

Je, je, je. El protagonista de tal historia, un tipejillo de la ralea de Johnny Johnson, acabaría convertido en un jovenzuelo demente balbuciente, de cabellos extrañamente encanecidos, profiriendo sin cesar con hiposos gorgoteos: yodoleri-jí, yodoleri´-jíiiii... ¡Justo castigo a su burlesca maldad! ¡Viva el yodel! ¡Iä! ¡Iä! ¡Chtuhlu fhtagn!