domingo, 7 de agosto de 2011

LA BODA DEL AÑO.

   Pues resulta que el sábado de la semana pasada se casaron Elena y Eduardo, dos buenos amigos.
Conocí a Eduardo hace casi diez años, cuando Patri tuvo la buena idea de incorporarlo al staff de ese purgatorio divertido conocido como Salón del comic de SC de Tenerife. Eduardo, profesional donde los haya en la cosa esta de montaje de salones y experto en cultura popular, hizo siempre un excelente trabajo y cubrió un hueco importante que nos quedaba por llenar. Desde el primer momento nos hicimos amigos. Con él nos trajo a Elena, una guapa filóloga experta en traducir idiomas imposibles que fue de gran ayuda también en el Salón.
Ambos son gente fantástica.
Eduardo tiene la manía de no parar de currar, así que hizo hasta el montaje de su propia boda. Acompañado entre otros del imprescindible Juan Pedro. Hay quien comenta que incluso montaron el roque donde se adosaba el lugar de la celebración (y hasta el hotel y si me apuran toda la autopista del sur, buenos son estos cuando se ponen a montar cosas).
Los novios fueron unos anfitriones de lujo y nos mimaron a la delegación chicharrero (yo)-palmera (Guadalupe y Patricio) -hospitaletera (el Pérez, que es de Hospitalet) como a niños.
La celebración:
Eramos un montón de gente, eso lo primero. Allí coincidimos con Anura (Ana) dibujante y bióloga venida de Barcelona a la que ya conocíamos y a Irina, otra guapísima amiga de los novios recién venida de Moscú solo para la boda. La novia estaba más guapa de lo habitual, lo cual es difícil y Eduardo elegante y pintón. Un político ofició la ceremonia, Elena se emocionó, les tiramos arroz y nos fuimos a comer ¡16 platos! que nos fueron pasando. Juan Pedro nos puso música y un ingeniero de mojitos nos puso mojitos y ¡Todos pal baile!
Entre las bisbaladas acrobáticas de Patricio que causaron admiración de propios y extraños, los bailes del espejo, los aterrizajes del Pérez y las evoluciones rítmicas del Comando Caimán por la pista de baile después de cinco rones, asustando a señoras, familia y amigas de los contrayentes (Eduardo, Elena, lo siento, ya estábamos otra vez los de los colorines armando el taco) tras entrar en éxtasis con "Somos costeros" o el baile de la rama" (TEMAZO ¡Toda la noche esperandolo!¡Graciasdiosmío!) Juan Pedro, Patricio y un servidor se arrancan por unos movimientos eclécticos y asincopados de preocupante arritmia. Afortunadamente nos echan. Todos a la guagua para Las Palmas.
En resumen, todo fantástico.
Felicidades a Elena y a Eduardo y muchas gracias por lo bien que se portaron con nosotros.

Les dejo una instantanea.


7 comentarios:

JP dijo...

Eres todo un fenómeno. Debo decir que con gente como uds es un honor montar fiestas o tener que ver con ellas. Me dan ganas de casarme aunque no sepa quien es ella solo para repetir la juerga. ¿Alguna candidata?

JP dijo...

Ya sé, ya sé tenia que intentarlo.

Eduardo dijo...

Compañero, dentro de nada tendremos otra juerga, aunque no haya boda. Esperemos que tampoco funeral (aunque vete tú a saber).
Y las candidatas a novia que se animen, que JP es un hombre con gran proyección de futuro (dibuja tebeos, como un servidor... estooo... ¿No habría otra candidata para mí?)

JP dijo...

Debo informarte de que esta columna a sido colgada en FEISBUC junto a un video Bisbalero de Patricio que aunque no estés apuntado al sitio deberías ver. Si no puedes dímelo que te lo envío y para que Ángel tambien lo vea. No tiene desperdicio.

Eduardo dijo...

¡Cielos! ¿Donde puedo verlo?

Los Ningunos dijo...

Los Ningunos se congratulan de que don Eduardo y doña Elena hayan dejado de vivir del pescado y hayan formalizado conforme al Código Civil su situación. Eso sí, el cambio de estado no ha curado al Serradilla de seguir escribiendo larguísimas y crípticas columnas. Don JP ¿quién es el tendero nasnoches? ¿Es un Floro 24 h.?

JP dijo...

Estimados ningunos;bajo la identidad del mentado tendero buenasnoches, se esconde un despachacomic de esta ciudad de las Palmas con quien hemos, ambos dos, tenido nuestros mas y nuestros menos, mas de lo segundo.
El inclito es Don Francisco Naranjo, dueño de Moebius. Y el apelativo es un chiste privado de imposible comprensión, si se explica pues pierde la gracia a menos que se haga delante de unas birras.