viernes, 1 de octubre de 2010

LOS TIEMPOS DE LA TÉMPERA.

La informática lo ha cambiado todo. La revolución que han supuesto estas teles con teclas es tan grande que aún no contamos con la distancia suficiente para hacernos una idea clara de lo que está suponiendo. Ha invadido desde estructuras a nivel global hasta la mesilla de noche de cada cual. Cómo en cualquier gran revolución ha aportado lo inimaginable y ha hecho desaparecer lo insospechado. Todo este rollo mal hilvanado viene a colación de el encuentro que tuve con un amigo esta mañana. Su trabajo está a punto de desaparecer por la primacía de la información en red. Ambos hacíamos un improvisado listado de oficios que están irremisiblemente condenados y es sorprendente.   Desde las tiendas de revelados de fotos a las agencias de viajes (música, audiovisuales, etc... era más claro, pero en este caso hablamos más bien de una reconversión forzosa, no hay otra) o los periódicos en papel, tebeos ¿También el libro?. Esto en sí no es ni bueno ni malo, es natural (la revolución industrial hizo desaparecer muchos oficios) lo que pasa es que nos ha tocado vivir esa transición, especialmente acelerada.
    Buano, pues nada, que ya me callo antes de que enchufe la página mañana y me de un aire al leerme. En fin que una de esos "pequeños" e insospechados elementos del trabajo cotidiano que se fue al traste o acabarán yéndose serán las témperas. Los programas de dibujo las dejan obsoletas.  Este es uno de los últimos dibujos que hice con esta técnica.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Esos tiempos no se irán del todo mientras haya quien quiera conservar un original y no una reproducción... y hay técnicas que no pueden sustituir a otras, sólo imitarlas.

Oí en una entrevista a Humberto Ramos cómo el artista mexicano se extrañaba del apego de los europeos a dibujar con técnicas tradicionales y a colorear con anilinas, temperas o acuarelas. Y es lógico que le extrañe si lo mira desde ese punto de vista estrictamente comercial por el cual el tiempo es dinero, pero…
El “pero” es muy difícil de concretar y supondría discutir mucho sobre los valores artísticos, los intrínsecos y los que considera el destinatario de una pieza de arte.

Qué coño… la calidez de apreciar una buena acuarela delante tuyo no la logras con una tableta Cintiq y una impresora. Que quede gente que pueda distinguir eso ya es otro tema.

Y por cierto, esa ilustración es maravillosamente inquietante.

Eduardo dijo...

Es cierto que el original adquirirá incluso más valor. Si te das cuenta compañero, me refiero a la témpera, por que desde hace mucho tiempo es concebida como una técnica ideal para conseguir colores planos empleados para ilustración publicitaria, cartelismo... Las prestaciones que ofrece en este sentido mecánico, un programa de dibujo informático (¡Yo que siempre me había ciscado en estos bichos! -de vez en cuando lo sigo haciendo) son tremendas. Al igual que supone una evolución redactar con un ordenador que con una máquina de escribir y papel carbón, más allá del valor sentimental que pueda tener.
Deliberadamente no hago mención de otras técnicas, por que el tema es mucho más complejo.
Lo que comentas de Humberto Ramos es curioso, por una parte su visión si parece demasiado funcional, pero también es cierto que el comic no es pintura, no es acuarela u oleo, etc. Es poner el dibujo al servicio de una historia para su difusión. Es absurdo hablar aquí de "original" El fin de una página es ser impresa y reproducida. Si el dibujante se siente más a gusto, disfruta más o logra su objetivo mejor con una técnica concreta, estupendo.
En el sentido más extremo está Brian Bolland que ya ni hace bocetos a lápiz. Hace años que no utiliza un papel para su trabajo. desde el primer trazo está todo en la pantalla. Él comentaba que el mayor problema de todo esto es precisamente no tener originales para vender.
De todas formas maestro, los dos sabemos y alguna vez hemos sufrido el ninguneo y el desprecio que desde el "Jarte" se le hace a los tebeos ("!Yo no soy dibujante, yo soy CREADORR!"- que decía aquel monigote).
¿Sabes que no tengo ni idea de donde anda ese dibujo? Me acuerdo que lo hice para regalarselo a alguien, con mi ojo clínico seguro que sería para alguna mujerr, que con buen criterio me mandaría al guano. Después alguién me lo pispó, me da, en fin. Si es cierto que era témpera y podría haber sido hecho mejor y más facilmente con photoshop, pero te doy la razón que el original tenía bastante más encanto.

Anónimo dijo...

Me parece que yo sí sé dónde puede estar ese dibujo: en el garage de Patricio. Por cierto, que durante cinco años estuvo guardado entre muchos otros trabajillos tuyos en el armario de tu habitación en el piso de Antonio Nebrija. Así que probablemente acabara entre las toneladas de material y basura (sobre todo), que sacamos del piso cuando lo dejamos. De ser así, me temo que tardarás otros tantos años en encontrarlo entre las toneladas de periódicos, revistas, cómics y papeles bajo los que se encontrará enterrado en el garage de Patricio; si es que te propones recuperarlo algún día.

Eduardo dijo...

Anónimo, ese dibujo se perdió antes de los tiempos de Antonio Nebrija, así que no es posible. Sí puede ser que tras la mudanza, mucho material lo transportásemos al garaje de Patricio. Si es así, no supone problema. Gracias a que tuvimos la oportunidad de dejar allí cosas yo he podido resolver algún problema serio con algún objeto.

Anónimo dijo...

Pues yo lo vi en tiempos de Antonio Nebrija, y donde te digo. Claro que a lo mejor te lo llevaste antes del año de la mudanza.

Patricio Ducha dijo...

¡Qué bueno lo "En el garaje de Patricio"! Me lo pido para título de una serie. ¿Sabes cuanto hace que no bajo al garaje? Y me temo que el día que entremos habrá que hacerlo armado porque se puede haber creado allí abajo una especie propia que defienda su micromundo garajil con uñas y dientes y nos considere intrusos divinos en plan Erik Von Daniken.
Pero estoy de acuerdo con Anonimo, puede que esté por allí. Recuerda que en ese garaje se acumulan ¡Cuatro mudanzas, Cuatro, de CóCaInc!

Eduardo dijo...

No, Patri, creo que anónimo se confunde con otros dibujos de los que tenía en el armario (habían varios de bichos raros, como este). Sí es posible que lo viese en alguno de los ordenadores del estudio, por que lo escaneé... pero en fim.