jueves, 2 de agosto de 2012

LA LAN PARTY, A 451 GRADOS

Hace ya un par de semanas participé brevemente en las firmas de comics de la Lan Party de Santa Cruz, que por cierto cada vez está mejor, va creciendo a base de voluntad, trabajo, ilusión y ganas, a pesar de los tiempos. Y yo bien que me alegro.

Y participé brevemente, amigos, por la sencilla razón que uds. con su paciencia oriental tantas veces han escuchado de mis pecadores labios, el exceso de curro en sus estertores es más exceso y el tiempo restante para eso que conocemos como vida es metafórico.
Así pues, solo pude estar el sábado por la tarde, invitado por ese tipo genial que es Tito, responsable de la librería especializada La comicsería (gracias, Tito). En teoría tenía sesión también por la mañana, pero...

En fin, lo pasé muy bien, vino más gente de lo que me esperaba, firmé y fue todo muy agradable.

Pero no era esto lo que quería contarles (que también, pero no solo). Lo que en realidad hizo ese par de horas especial fue el volver a encontrarme con otro invitado al evento, David López, dibujante en varias editoriales estadounidenses de comics de superheroes. Apenas pudimos cruzar unas cuantas palabras, pero ambos recordamos los tiempos en los que publicamos juntos.

Fue en 1996. En uno de esos viajes al Saló del Comic de Barcelona (como no) conocí a varios dibujantes maños que, al igual que uno, paseaban sus carpetas buscando suerte entre las editoriales. Todos éramos novatos. Allí conmigo estaba Alberto y supongo que más canarios, los maños eran Jesús Saiz, Fernando Blanco y David López. Hicimos migas, nos enseñamos el contenido de las respectivas carpetas, ritual obligado. Me impresionaron especialmente las ilustraciones de Jesús Saiz (acabaría convirtiéndole en personaje de Becarios un par de años después ¡El es Chus!). Es curioso como se establece una suerte de hermandad entre aquellos que esperamos nerviosos a que la editorial de turno nos de la patada, sobre todo en aquellos días de debacle total del tebeo español. De hecho si no eran muy bordes hasta salías contento de la entrevista y todo.
La cosa es que me ofrecieron colaborar con ellos en un fanzine que tenían a bien editar. Era una revista muy digna: portada a color, buena tirada y extensa distribución (¡llegaban a Canarias, oiga!) Y yo encantado, claro. Hice dos historias cortas que salieron durante el año 97 en los dos últimos números del fanzine, que moría de muerte dulce, ya que los citados Saiz, Blanco y López emprenderían en breve la aventura americana, convertidos en flamantes profesionales. Alcanzaron el sueño, son buena gente, me alegré mucho.
Al poco tiempo yo me convertía también en profesional del comic, pero en un ramal muy distinto, el de las tiras de prensa. A día de hoy todos seguimos dedicándonos a esto de las viñetas.

De todos ellos, quizás con quién sintiese una mayor afinidad a la hora de abordar el comic, fuese con David, su serie Espiral, de linea muy limpia y con temática costumbrista con toques fantásticos a día de hoy me sigue gustando mucho.

Y fue en esos escasos minutos que hablamos en la Lan Party, donde nos acordamos de aquellos días, hace más de quince años.

El fanzine se llamaba 451º. Solo dos historias, (una de ellas, Leyenda,  convenientemente retocada, ya la he puesto por estos lares de la otra, Cerro Sechín, les dejo una viñeta)  muy buenos recuerdos, mucha ilusión.


La portada de uno de los números donde colaboré, obra precisamente de David  López, protagonizada por sus personajes de Espiral


Una viñeta de Cerro Sechín, de un servidor

2 comentarios:

JP dijo...

Me encanta cuando te pones en plan abuelo cebolleta. Nos hacemos viejos amigo, demasiado para dar tumbos con la carpeta a cuestas. Al menos yo.

Eduardo dijo...

Bueno, sí. La verdad es que una de las razones de este blog era el recuperar algunos momentos y anécdotas que me han y me siguen pasando, así como dibujos y trabajos antiguos que irremisiblemente se perderán. Pero sí, entiendo que a veces sea un poco pesado.
La carpeta la jubilé hace tiempo. Ahora procuro ir a tiro hecho.