El tiempo en el que me hice cargo de las caricaturas del ya casi desaparecido (¡La crisi, la crisi!) periódico del Carnaval de esta sufrida ciudad, compartí la estrambótica tarea con mi amigo y maestro Enrique (Ike). Yo hacía las correspondientes a las candidatas a reina adulta, la de las tercera edad y la de los personajes del Carnaval y sobre Enrique recaía la parte enjundiosa y delicada, la de las candidatas infantiles, que siempre solían ser legión y que contaban con padres acechantes, locos por hacer valer el derecho de ver reflejada en todo su esplendor la evidente belleza de su niña, aunque su niña fuese un horror salido del infierno, la pobre.
El Jefe, sobra decirlo a ustedes mis fieles lectores, hacía todos los años maravilla tras maravilla, con esa minuciosidad, gracia y talento que lo caracterizan. Contentaba a todo el mundo e iba más allá.
Me permito ponerles una de esas caricaturas múltiples, recordándole una vez más.
3 comentarios:
Precioso! ;)
Genial Enrique!
Sí, siempre genial.
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