Entiéndanme bien, devoré tebeos de superhéroes. En mis sufridos armarios aún guardo cientos. Los disfruté mucho, pero dejando de lado alguna salvedad, pues no tengo prejuicios al respecto (me lo pasé pipa con los Ultimates de ese personajillo de Millar y Brian Hitch) y reconociendo gustoso que algunas obras maestras del medio se han escrito en este género, la verdad es que dejé de leerlos rondando los veinte años. Fue de forma natural. Cuando me di cuenta de que habían perdido su capacidad para sorprenderme; cuando llegué a la conclusión de que me estaba leyendo exactamente las mismas historias desde que tenía seis años; cuando empezó a importarme un pito si lobezno cambiaba el traje o si magneto moría para reaparecer dentro de tres meses para seguir haciendo exactamente lo mismo; cuando empecé a barruntarme si de verdad era normal que Batman llevase 70 años dandose de piñas con el Joker para que este se escape otra vez de Arkham; en definitiva, cuando se iban apilando en la mesilla de noche y se convertía en un martirio abrir sus páginas. Entonces se acabó.
Es muy curioso, conozco gente de mi generación que no lee otra cosa en cuestión de comics y cuando esto pasa, es decir, no se toca NINGÚN otro tipo de comic, la conclusión a la que llego es evidente: No les gusta el comic. El comic como medio.
Les gusta la nostalgia.
Agarrarse a esa parcela de la infancia donde uno fue feliz. Seguir leyendo las mismas historias, los mismos personajes... no crecer.
Viene a significar algo así, como rondar los treinta y seguir enganchado únicamente a la colección Barco de Vapor, entrañable, sí. pero oigan, hay vida después.
Como me comentaba no hace mucho el amigo Juanan, es muy triste pasearte por los foros de internet y ver que un post dedicado a alguna fruslería con capa acaparaba más de 40 comentarios y otro con el motivo de la muerte de una figura capital para la historia del comic español como fue Josep María Berenguer, tan solo un triste puñado.
6 comentarios:
Como lector asiduo del género considero que es una industria donde el consumo rápido es ley. Recuerdo que el año pasado fallecía Sanchís, el creador de Pumby. Cuatro notas de prensa con datos sacados de la Wikipedia... pero también es el sino de autores que ya no estaban en primera línea por edad o enfermedad y que sí se dedicaron a los pijamas: Bill Mantlo, Tony DeZuñiga, Ernie Chan (autor cuyo trabajo sé que era del gusto del autor de esta bitácora:) ) se han ido en medio del olvido generalizado.
Pero el Pumby ese, ¿era de la DC o de Marvel?
¿Quién era ese José María Berenguer? ¿Algún mangaka?
Aaaaaaaaaaah…. Erni Chan (Chua era su verdadero apellido, la ¿•americanización”? y esas cosas de la vida) que recuerdos.
También tenemos a Micheluzzi, Pazienza, Segura, Coll, José Luís Zaragoza, Arno… tantos, de los cuales, se dice menos, muy poco. La cosa no creo que consista en ponerse a contar muertos (por otra parte ¿Cuánta información sobre Berenguer o cualquiera de los anteriormente citados habrán aparecido en los foros norteamericanos?). No es el tema.
Sería mezquino negarle el pan y la sal a los profesionales del medio, vengan de donde vengan y hagan lo que hagan.
De lo que iba el comentario es que me parece injustificable que acapare mucha más atención si el papel de Thor en la próxima de los Vengadores recaerá en María Dolores Pradera o cual será la nueva formación de los X-falos (la de este mes, vamos) a la desaparición de una figura clave del medio en este país, sin el cual sería impensable la aparición de autores como Max, Gallardo, Martí, Jaime Martín, etc (claro que estos ni les suenan) . Son gente talludita, ya deberían saber, pues llevan treinta años leyéndolo, que los X-falos tendrán otra formación el mes que viene.
No interesa el medio, el comic. Interesan los superhéroes. Es lo que digo.
Oiga, están en su derecho. Allá cada uno.
Juanan, no sea usted inculto, además de Marvel y DC hay otros mundos... no sé. Dark horse, Image...
Se equivoca, estimado Ninguno, Berenguer era un autor americano como su propio apellido indica (Ahí está Tom Berenguer) creo que dibujó Spawn o algún otro clásico.
Hazme un Batman!
¡Urraca!
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