viernes, 11 de abril de 2014

ONÍRICA TRAMBÓLICA

Ayer soñé que le tiraban a Las Palmas dos bombas atómicas.

Fue un sueño REAL.

Lo contaré: 
Estaba yo dibujando (extrañamente) y sentí un temblor y un estampido enorme. Me asomo a la ventana y cual sería mi sorpresa cuando me veo ahí sobre el horizonte un gran hongo nuclear.
“Joer, que raro” – me digo.
Vuelvo a sentarme a dibujar cuando oigo un segundo estampido (y otro temblor, sí). Me levanto nuevamente, miro por la ventana y ¿Qué veo? Exactamente, otro hongo nuclear allí donde se halla Gran Canaria.
El cielo adquiere un sospechoso color naranja.
Ya un pelín mosca llamo a mi hermana, que se encuentra por allí y le digo “Acaban de tirar dos bombas atómicas en Las Palmas”
¡Ay Dios! –dice mi hermana- ¿Habrá sido un accidente?
No lo creo- respondo- porque han sido dos bombas
-Espero que no haya muerto nadie
-No sé, pero ha sido fuerte
-¿Nos tirarán también a nosotros?
-Tampoco creo, esto no es muy habitual.

Vuelvo a sentarme a dibujar.
Al día siguiente salgo como siempre a tomar un cortado y leer el periódico. La noticia sale en portada, pero abajo, en una esquina. La foto grande ilustra la noticia de unos niños que visitan el parlamento. Es el titular principal.
“El periodismo canario está fatal” pienso.

Y ya está.
Pues eso, circulen.


Por si alguien se malicia algo, no tengo nada contra Gran Canaria. Muy al contrario, siempre que puedo me escapo a la isla vecina, donde he pasado momentos memorables y donde tengo algunos de mis mejores amigos. El pleito insular está bien para las murgas y punto. Supongo que la cosa viene porque desde mi ventana se ve el perfil de GC. Si se viese el de La Gomera, los bombazos le hubieran tocado a los gomeros, me da a mí, vaya. O a lo mejor no…